
1) Preferencia al uso del masculino o del femenino adecuado al sexo de la persona.
2)
Utilización
de sustantivos genéricos o colectivos para englobar a ambos sexos. Cuando
nos referimos tanto a hombres como a mujeres es preferible utilizar
substantivos genéricos y colectivos que incluyan ambos sexos y no resulten
predeterminados.
3)
Uso
de perífrasis para designar a ambos sexos (
“los universitarios” cambiarlo por “la comunidad universitaria”)
4)
Utilización
de estructuras impersonales.
5)
Omisión
o sustitución del artículo o determinante.
o
Omitir el artículo en determinados
contextos.
o
Usar pronombres (“quien” etc.)
o
Sustituir por un determinante sin marca
de género ( “ cada”)
6)
Utilización
de construcciones metonímicas: aludiendo al cargo,
profesión o titulación con preferencia a la designación de la persona que los ejerza o posea.
7)
Desdoblamiento
(decir “todos y todas”): evitar el uso obsesivo
y continuado de este recurso en un mismo texto. Cuando se utiliza el desdoblamiento
es conveniente alternar el orden de presentación para no dar sistemáticamente
prioridad al masculino.
8)
Explicación
tras la utilización del masculino: el objetivo es
proporcionar a todos, hombres y mujeres, una educación integral.
9)
La
barra inclinada (todos/as): no se recomienda su
utilización.
10) La arroba: no
se recomienda la utilización del signo de la arroba para designar masculino y
femenino.
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